Todo dueño de perro desea que su mascota sea bien portada, equilibrada y obediente, no obstante, estos son resultados de un arduo trabajo. Para lograr todas estas características que nos permitan tener una relación plena con nuestro can, debemos prestar especial atención a su progreso social desde cachorros.

A continuación, conoceremos la importancia de la correcta socialización en cachorros y su impacto en la vida adulta.

Las primeras enseñanzas

Si tenemos pensado traer a casa un cachorro, resulta muy importante conocer sus etapas de desarrollo. Así podremos tomar las medidas pertinentes para que su crecimiento sea adecuado. En este orden de ideas, es conveniente conocer que desde el nacimiento de los cachorros hasta aproximadamente los dos meses de vida, su principal y más relevante interacción social es con su madre y sus hermanos de camada.

Durante este período inicial de su vida, la convivencia con la madre y sus hermanos es trascendental. Pues será ella quien le enseñará lo básico sobre ser un perro. Por ejemplo, le enseñará a controlar la fuerza de la mordida, ya que con los juegos con sus hermanos, si llegase a morder muy fuerte y provocar molestia, la madre lo reprenderá.

Estrechamente relacionado con lo anterior, siendo la madre la figura que reprende y enseña a los cachorros, les estará demostrando la existencia de jerarquías. De igual modo, en el comportamiento entre los hermanos de camada, se evidenciarán cachorros líderes y otros sumisos.

También será en esta oportunidad, donde aprendan las señales de calma. Estas serán claves para que el cachorro demuestre que no quiere peleas o enfrentamientos, al tiempo que aprenderá a identificarlas en otros canes.

Socialización temprana

Ahora bien, transcurrido este tiempo es posible adoptar y llevar a casa al cachorro. En este momento, seremos nosotros los encargados de enseñarle y brindarle todas las herramientas para su crecimiento sano y feliz. Entre estas herramientas encontramos su correcta y temprana socialización.

Así las cosas, iniciamos destacando que la socialización es ese proceso en el cual, el cachorro aprende a interactuar y aceptar a otros perros o especies, así como a diferentes personas. Esto lo ayudará a comportarse de manera adecuada y tranquila cuando sea un adulto.

Al respecto, vale mencionar que es el momento ideal para que el cachorro experimente y descubra su entorno. Eso sí, debe depender de nosotros que estas nuevas experiencias sean lo más agradables posibles, para no generarle malos ratos que luego fijen en el perro una idea de miedo, inseguridad o agresividad. Si este proceso se desarrolla adecuadamente, nuestro pequeño amigo madurará y se convertirá en un adulto equilibrado, amigable, de buenos modales, capaz de disfrutar la compañía de personas (ajenas a sus círculo familiar) y de otros animales.

¿Cuándo iniciar la socialización del cachorro?

Tal como lo señaláramos, tan pronto como lo llevemos a casa. Sin embargo aquí debemos resaltar ciertas condiciones. Según nos indican los expertos en comportamiento canino, el período idóneo para llevar iniciar y llevar acabo la socialización del cachorro, es entre las siete semanas hasta los cuatro meses de edad, período en el que formará su personalidad.

Pese a lo anterior, se debe tener en cuenta que por recomendación veterinaria no es posible que nuestros cachorros interactúen con otros perros o paseen en la calle sin haber completado su calendario de vacunas. Exponerlos a esta interacción, supone un grave riesgo para su salud e incluso para su vida.

Por tanto, la socialización deberá ser paulatina, en la medida que podamos exponerlos a otros perros o pasearlos para que conozcan el vecindario. Más adelante detallaremos como hacerlo.

¿Por qué socializar al cachorro es necesario?

Ya sabemos que la finalidad de la socialización es que el cachorro se adapte y sepa reaccionar a todo tipo estímulos externos como sonidos, olores o situaciones, de una manera positiva. De esta forma, podemos evitar que el perro tienda a crear miedos o inseguridades, le ayudamos a ser un perro adulto feliz con un comportamiento excelente y podremos disfrutar de nuestra relación con tranquilidad, sin esas tensiones extras cada vez que se nos acerca un perro o persona en el parque.

¿Cómo socializar al cachorro?

La idea es que el pequeño can conozca a una amplia variedad de personas, así como a otros perros y animales. Pero recordemos, si no ha recibido todas sus vacunas debemos irnos con calma.

Iniciar con personas desconocidas

Comenzaremos a exponer a nuestro perrito a otras personas. Por ejemplo podemos invitar unos pocos amigos a casa para que se conozcan. En este punto, será importante incluir a niños.

Conocer nuevos sonidos

También será parte del proceso, colocarle o acercarlo a diferentes fuentes de ruidos, para que pueda acostumbrarse a toda la variedad de sonidos que pueden rodearle. Ejemplo de estos pueden ser, el ruido de la aspiradora, el secador, etc.

La hora de conocer otros perros

Una vez cuente con alguna de sus vacunas, podríamos intentar que conozca a otros perros vacunados. Para ello, consultar entre nuestros amigos sería una buena forma de empezar. Asimismo, si aún faltan vacunas, podemos dar un pequeño paseo con el cachorro en brazos. Esto sólo para que se vaya familiarizando con la calle, el ruido y el volumen de personas que la transitan.

Conociendo el transporte

Otra idea, puede ser llevarlo a pasear en coche, una experiencia recomendada pues en algún momento deberemos trasladarlo y no queremos que esté nervioso, si esto se hace cuando ya es un joven adulto.

A conocer el vecindario

Finalmente, cuando ya su calendario de vacunas esté completo, puede ser momento de llevarlo al parque. Allí podrá conocer perros de diferentes tamaños y edades y a sus dueños. Otra opción, podría ser llevarlo de vez en cuando a una guardería canina donde podrá interactuar con otros canes bajo la mirada atenta de expertos.

Momento de alejarnos un poco

En este mismo sentido, podríamos dejarlo una tarde en casa de un familiar o amigo que sepamos lo cuidará bien, esto ayudará a que comprenda que no somos los únicos humanos capaces de cuidarlos y amarlos. Por lo que estaríamos trabajando su desapego y evitar la temida ansiedad por separación, que puede darnos muchos dolores de cabeza y hace tanto mal a los perritos.