Levantarnos a una determinada hora, tomar una ruta al trabajo, tomar un café a las 10, son acciones que forman parte de nuestra rutina diaria. Saber que en una hora fija haremos algo nos da espacio para planificarnos, así como una sensación de tranquilidad y estabilidad.

Pues bien, lo mismo ocurre con nuestros canes quienes, al acostumbrarse a comer, pasear, jugar y descansar a horas determinadas del día, les proporciona calma y certidumbre.

¿Qué actividades deben tener un horario?

Evidentemente no todo en la vida es seguir una agenda, pero sí existen momentos esenciales que deben tener un espacio pautado del día para realizarse. Así que a continuación le mostramos aquellas tareas o actividades que deben constituirse en una rutina, por el bien de la mascota y de nosotros como dueños.

Hora de la comida

Sin importar las veces que ofrezcamos comida a nuestro perro, debemos hacerlo a la misma hora. Su alimentación es un elemento de gran importancia para nuestro peludo, por lo que espera este momento con mucha emoción. Un cambio de horario, o no tener nunca la certeza de cuándo le daremos su comida, puede generarle mucho estrés o ansiedad. Esto es importante si tenemos en cuenta que para alimentarse depende por completo de nosotros. 

No queremos que nuestro perro sufra por comida, mucho menos teniéndola, por un simple descuido de nuestra parte. En atención a ello, lo recomendable es que tratemos de cumplir estrictamente su horario de comidas. Esto, nos servirá de ayuda al momento de reforzar comportamientos positivos, mientras evitamos el exceso de peso.

Paseos e idas al baño

Sabemos que pasear a nuestros perros, les da la oportunidad de desahogar sus necesidades fisiológicas y les proporciona esparcimiento. Pues bien, para tener un paquete completo de beneficios de los paseos, procuremos hacerlos a horas estratégicas como por ejemplo, a primera hora de la mañana, después de comer y antes de dormir. ¿Por qué? Porque de esta forma, nuestro perro podrá comprender que puede esperar hasta ese momento para orinar o evacuar. La gran ventaja, es que tendremos una casa más limpia y él tendrá la seguridad de salir y desocupar su cuerpo, pero también de estirar sus patitas.

Sin lugar a dudas, esperará con entusiasmo ese momento especial del día. Todo esto lo recomendamos con total independencia de la raza de su perro. Sí, existen perros más propensos a estar siempre echados en su sofá, pero incluso ellos aprecian un buen par de paseos al día. Además se convierte en ese espacio especial para compartir con su amo, lo hará muy feliz.

Recompensar tareas poco agradables para el perro

El temido baño o la horrible visita al veterinario son en definitiva aspectos que deben ser cotidianos, muy a pesar de que a nuestro perro le parezca tortura. Como son actividades poco estimulantes para los canes, lo mejor es programarlas de manera periódica y se cumplan lo más disciplinadamente posible. De esta forma, nuestro canino se acostumbrará a ellas y se mostrará un poco más cooperativo a medida que se familiarice.

Sin embargo, a la periodicidad también le podemos agregar premios, así no sólo colaborará, sino que se mostrará interesado o incluso ilusionado con su recompensa al final del baño, corte de uñas o visita al veterinario.

Hora del descanso

Descansar es sin duda tan vital como comer. Por ello, es de gran importancia que nuestro perro cuente con un lugar propio donde pueda acostarse a dormir, sin ser molestado. Por lo general, esto será después de los paseos, después de comer y cuando ya todos en casa nos vayamos a nuestras camas.

Un buen descanso, en un lugar acogedor donde pueda refugiarse, hará de nuestro canino un perro equilibrado y saludable. Y aunque nos parezca algo impresionante, para un perro el sencillo hecho de tener un espacio de descanso disponible para cuando lo necesita es un asunto de gran relevancia.

Coherencia en el entrenamiento

Todo lo antes mencionado debe potenciarse con la palabra mágica: coherencia. Esto quiere decir, que todo el adiestramiento y educación que pretendamos darle a nuestra mascota, debe ser seguido en igual medida por todos los miembros de la familia que habiten con el can.

Esto va desde las rutinas, hasta las palabras claves para que siga una orden, pasando por el tipo de premios que le recompensará una buena acción. Asimismo, otra palabra que deberemos mantener siempre en mente es la constancia. Con ella, seremos lo suficientemente disciplinados para hacer de ciertos momentos rutinas, que se reflejarán un buen comportamiento en nuestro peludo.

Lo más importante para nuestro perro

Un último aspecto al que queremos hacer referencia es a las golosinas o recompensas. Al pensar en premios para el perro, pensamos en galletas, masticables o un trozo de salchicha.

No obstante, debemos tener el cuidado de no exagerar con los premios. Estos sólo serán entregados en la medida en la que el perro haga alguna actividad bien y deseemos reforzar esa conducta. Por tanto, los premios no deben ser parte de la dieta habitual de nuestro peludo.

En atención a lo anterior, vale señalar que no siempre se deberá compensar con comida. Nuestros amigos de cuatro patas apreciarán, más de lo que se puede pensar, una caricia, palabras de aliento y felicitaciones, incluso más que ese rico bocadillo. Así que no se preocupen si no tienen a la mano nada de eso, con una caricia en las orejas o panza estarán más que felices.

Esperamos que ahora que saben esto, puedan organizar sus agendas y las de sus perritos, para que siempre estén perfectamente coordinadas.