Una lacra de nuestra actual sociedad es la violencia de género que a menudo afecta además de a la víctima directa, a sus mascotas o animales de compañía.

Este es el caso de Unanca que fue reiteradamente agredida pos su pareja que actualmente está en la carcel cumpliendo condena.

Unanca convivía con un perro llamado Lobo y una gata llamada Suri que murió cuando el maltratador la dió un medicamento que el mismo tomaba para el transtorno bipolar. La gata no pudo aguantar los efectos del medicamento y falleció.

Por su parte, el perro Lobo también sufrió multiples agresiones así como su dueña Unanca, la cual declara que su agresor maltrataba a su perro para provocar su desesperación, lo cual podemos entender como una agresión psicológica hacia Unanca, además del claro delito de maltrato animal:

«Mi perro ha sido maltratado al igual que yo. Mi pareja le pegaba como un mecanismo para controlarme y para hacerme daño. Cuando el animal percibía situaciones de tensión en la casa, se escondía detrás de mí.»

Cuando Unanca denunció la situación, las autoridades le pusieron los medios en forma de casa de acogida, pero surgió un nuevo problema ya que no admitían animales, dándole a Unanca como único solucion llevar a Lobo a una perrera.

Finalmente, Unanca decidió no separarse de su perro y se fue a vivir con él en una tienda de campaña en una playa de Tenerife.

Este caso ha hecho reflexionar a mucha gente y ya se oyen voces para que en las casas de acogida de mujeres maltratadas puedan cnvivir con sus dueñas sus mascotas, que en muchos casos es el lazo afectivo más importante que les queda a estas mujeres.

¿Qué te parece el caso de Unanca y Lobo?. Por favor, comenta.