El perro Husky Siberiano es un animal lleno de vigor, independiente y bastante tranquilo. Es un perro que complica su adiestramiento porque es un poco desobediente, prefiere que lo obedezcan a él. Demanda poco afecto de sus dueños y es dominante con ellos, no le gustan los mimos frecuentes, prefiere disfrutar solo de la compañía.
Los perros de esta raza se caracterizan por tener un comportamiento bastante destructivo, aspecto a considerar si no dispone del espacio adecuado para que el perro descargue su energía.
El instinto de trabajo con el cual fue criado, aún forma parte de la personalidad del Husky Siberiano. Es un animal bastante extrovertido, independiente, alerta, amistoso y escapadizo. Tienen una excelente personalidad y son gentiles.
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El dueño de un Husky Siberiano necesita dirigir la energía del perro hacia actividades que no tengan que ver con trineos o caza.
El Husky Siberiano cuando es criado como mascota, necesita ejercitarse para no aburrirse. Si el perro se aburre, tratará de entretenerse causando problemas en sus zapatos, muebles o en el jardín. Por ello es fundamental que el Husky Siberiano tenga un entorno adecuado donde pueda ejercitarse sin mayores problemas. El lazo entre el dueño y el perro debe ser reforzado de forma constante.
Las temperaturas cálidas son bastante molestas para esta raza de perro, por lo que la temperatura fría es perfecta para mantener sano y tranquilo al Husky Siberiano. El dueño de un perro de esta raza debe brindarle siempre agua fresca y libre acceso a la sombra. Cuando el clima es cálido, el perro no debe permanecer dentro de un coche estacionado.
El cachorro Husky Siberiano necesita las desparasitaciones y vacunas correspondientes. Requiere ser alimentado en los primeros 4 meses de vida, entre 3 y 4 veces por días. Entre los 8 meses y los 18 meses comerá 3 veces por día y luego solamente 2 veces diariamente.
Su densa y extensa melena requiere una limpieza especial: con un cepillo de cerdas en metal debes peinar regularmente su melena, desde que es un cachorro debe acostumbrarse a esta rutina.
La higiene del Husky Siberiano debe ser cuidadosa porque su piel es delicada. Las orejas deben limpiarse con un paño húmedo regularmente. Si el perro vive en un espacio natural, necesita que sus almohadillas sean cuidadas, diariamente deben ser revisadas las patas para descartar residuos o posibles heridas. Si las almohadillas están agrietadas y secas, puedes colocar un gel o crema específica para ello.
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Luego del proceso de concepción, el tiempo de gestación de la hembra Husky Siberiano puede tardar unos dos meses y algunos días como máximo; después de ese tiempo transcurrido la perra puede llegar a tener en una camada entre 2 y 3 cachorros saludables, dependiendo de la madurez de ambos perros y de otros factores relacionados.
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El perro de esta raza puede padecer de algunas enfermedades congénitas y hereditarias, además de enfermedades oculares. El Husky Siberiano puede sufrir de glaucoma, que es un incremento en la presión de la zona interna del globo ocular del can, el conducto se estrecha y termina bloqueándose, causando la ceguera debido al incremento en la presión. Cuando el perro tiene un año debe someterse a un examen para descartar este padecimiento.
Las cataratas hereditarias también pueden afectar al Husky Siberiano, en este problema se produce la opacidad del ojo que puede causar la ceguera en el perro. Es posible operar las cataratas hereditarias, pero no recupera la vista normal. Es fundamental que el perro reciba sus chequeos anuales para detectar este padecimiento a tiempo. Otro problema que afecta al Husky Siberiano es la distrofia corneal, es un problema similar a las cataratas. Los ojos son afectados por las OCC. La atrofia progresiva también puede afectar a esta raza, por ello sus hermosos ojos azules deben ser cuidados de estos padecimientos que pueden afectarle hasta causar ceguera en el perro.
La displasia de caderas es otro problema que puede afectar a esta raza, el desarrollo articular de la cadera se ve afectado por este padecimiento tan común en algunas razas de perro. Los perros nacen con las caderas normales, pero cuando llegan a los dos años se ven afectados por la displasia de cadera.